Hoy en día, el proceso logístico se ha convertido en una característica diferencial y estratégica en la relación entre la empresa y el cliente. A pesar de que la distribución ha sido durante años una tarea cotidiana y sistemática, los recursos y esfuerzos empresariales han comenzado a centrarse en la optimización de los procesos técnicos del servicio logístico; aumentando los beneficios para el cliente y reduciendo los costes asociados al proceso de suministro.