Empresa XXI ha realizado una encuesta a seis líderes industriales cooperativos, que han opininado sobre las siguientes cuestiones. Entre ellos; Pedro Ruiz de Aguirre, Director General Fagor Automation y Iñigo Ucín, Director General DanobatGroup.
¿Desde su punto de vista, cuáles son los principales desafíos para las cooperativas vascas en los próximos años?
P.R.A= Los desafíos son el di-mensionamiento competitivo de los negocios en un mercado globalizado; la potenciación/reforzamiento de la presencia en los mercados de alto potencial de crecimiento y la generación de empleo local y con valor añadido, utilizando como motor la innovación en productos y servicios, apalancándose en los vectores anteriores.
I.C= Los mismos que para las empresas no cooperativas. El reto es conseguir una diferenciación y posicionamiento competitivo sostenible en un mercado global y con cambios bruscos en la demanda, en los competidores, en la tecnología, en la cultura…, en todo.
Las principales cooperativas han realizado una intensa labor internacional. ¿Su condición cooperativa les ha favorecido o les ha perjudicado en el desarrollo de estos planes?
P.R.A= No creo que sea un factor determinante.
I.C= No creo que sólo por ser una S. Coop. haya una diferencia respecto a otro tipo de empresa. Sin embargo, el tamaño de empresa y la capacidad de hacer cosas de manera conjunta, aun no teniendo de manera individual el tamaño necesario, junto a una visión clara de la necesidad y la creación de los mecanismos de apoyo y soporte a la internacionalización, sí ha posibilitado que las cooperativas de la Corporación Mondragón hayan realizado una muy intensa labor internacional.
La cooperación entre las cooperativas ha sido muy intensa desde hace dos décadas, mientras que las fusiones han sido escasas. ¿Considera que sería útil intensificar la creación de unidades empresariales más grandes de cara a afrontar los desafíos del mercado global?
P.R.A= Por dimensión sí, si responden a una óptica de mercado: Ofreciendo ofertas de mayor valor añadido o diferenciadas frente a las actuales. Darían un mejor posicionamiento competitivo y capacidad financiera para abordar proyectos empresariales. No obstante, debe mantenerse el balance con la eficiencia operativa. Hay que evitar que el incremento de tamaño fuera un obstáculo para la agilidad, focalización y rendimiento de la organización.
I.C= Más que útil, creemos que es imprescindible. Prueba de ello es que en DanobatGroup, en los últimos cuatro años, hemos realizado cuatro fusiones, buscando unidades más potentes y una simplificación de la organización. Esta mayor dimensión, nos permite afrontar la necesaria inversión en I+D e internacionalización.
La Comisión Europea ha abierto una reflexión en la que aparece como idea central “la industrialización de Europa”. ¿Cree que se ha perdido mucho terreno respecto a empresas no europeas? ¿Considera que la cooperativa es una alternativa adecuada en la recuperación o mantenimiento de las actividades manufactureras en la UE?
P.R.A= Europa, como entidad, está en mi opinión aprisionada entre la necesidad de ser ágil y competitiva al tiempo que desarrolla políticas comunes. La complejidad de las instituciones al tiempo que la búsqueda de acuerdos políticos que salvaguarden los intereses de sus miembros, a veces contrapuestos, hace que no haya unas actuaciones, directrices y presupuestos adecuados en esta dirección. En mi opinión, la política efectiva industrial se lleva hoy en día a nivel de estados. Y aquí sí que hay diferencias ostensibles. Las cooperativas son un modelo en el que se prima el trabajo sobre el capital y en el que la propiedad está distribuida entre sus componentes. Por tanto, la toma de decisiones en los ámbitos de negocio equilibra la necesidad de ser rentables con los beneficios sociales para sus miembros y el entorno donde están implantadas. Es una balanza mejor y por tanto deberían ser un referente alternativo.
I.C= En M-H, la demanda y la producción se ha desplazado a Asia. En 2001 en Asia se producía el 37 por ciento de la MH mundial y en el 2011 el 61 por ciento. En Europa, ese porcentaje ha variado del 50 al 25 por ciento. En Asia se consume ya el 67 por ciento de la producción mundial. Esto afecta a las empresas europeas ya que para ellas, no es lo mismo vender en mercados próximos y conocidos que vender en Asia. Hace falta tamaño para llegar y realizar una gran inversión. Además los asiáticos son muy competitivos y sólo se puede vender allí lo que todavía no están fabricando que son los productos de más tecnología (como es el caso de China o India) o los productos de nicho y que requieren alta personalización (como en Japón o Corea). En el futuro, sólo el acertado desarrollo de producto y eficiente I+D detendrán el empuje de los asiáticos. Respecto a la otra cuestión, en nuestro sector, hasta ahora se demuestra con datos objetivos que el sistema cooperativo ha sido capaz de defender mejor las actividades y los puestos de trabajo. Además de las propias virtudes del sistema cooperativo, los mecanismos de solidaridad e intercooperación, tanto a nivel de DanobatGroup como de la Corporación Mondragón, son fundamentales para la defensa de las actividades en un sector tan cíclico y cambiante como el nuestro.
¿Por último, cree que la máxima de José María Azimendiarrieta: “En la cooperativa todos somos responsables de todo”, se práctica con suficiente intensidad?
P.R.A= No creo que pueda pensar en otra respuesta al no. La complacencia sería un error, creo que siempre hay que estar insatisfecho en este campo. Conseguir un sentimiento mayor de vinculación con el proyecto socio empresarial por parte de todos, debe ser un elemento de trabajo continuo. El reto es, en mi opinión, hacerlo al tiempo que se gana en dimensión, complejidad de dinámicas de los propios negocios y, además, con una tendencia social orientada hacia el ‘individualismo’ (al menos de forma aparente). Por ello considero importante insistir y trabajar día a día los aspectos culturales de nuestro modelo que van a reforzar el compromiso e identidad cooperativa.
I.C= No he conocido las cooperativas de su época, ni el contexto de la máxima de Arizmendiarreta, pero en las cooperativas que conozco si creo que las personas son responsables, pero dentro de una organización y de un marco de actuación de cada uno de los órganos de la cooperativa. Los cooperativistas somos socios-trabajadores, trabajamos en ella y somos propietarios de la empresa. Tenemos unos principios cooperativos y valores acordados. Trabajamos en organizaciones democráticas, con transparencia informativa, formación, participación y autogestión.
Fuente: EmpresaXXI